martes, 10 de febrero de 2009

Cerezos en Vilar

Vilar de Tállara se llamaba la aldea donde vivían mis abuelos paternos.
Tenían muchos animales, fincas, muuuchos árboles. En un terreno en el monte tenían unos cerezos. Uno era "mi cerezo". Podía pasarme horas subida en la ramas más altas. En temporada comía y comía cerezas. En la parte baja había una rama que yo siempre utilizaba para saltar al final hasta caer al suelo. Me recordaba a las paralelas de gimnasia deportiva. Cuando me hice más mayor dejé de ir, mucho tiempo, años...
Cuando un día por fin pasé por allí, la rama de la que yo descendía estaba rota, completamente, la habían arrancado, no sé como. Siempre recordaré esa sensación. La primera vez que fui consciente del paso del tiempo y de lo irrecuperable. Lo que me llevo es esa percepción, a veces cuando siento vértigo cierro los ojos y estoy otra vez allí, pequeña y menuda, subida a esas ramas de arriba, tan delgadas que los mayores no podían acceder, tan pequeña que era una parte más de ese árbol y podía dejarme mecer por el viento. Participar del ritmo de ese ser.
Ya no puedo estar allí nunca más, pero lo disfruté tanto que puedo revivirlo dentro de mí mil veces.

[caption id="attachment_24" align="aligncenter" width="500" caption="Cerezo en Galiza"]Cerezo en Galiza[/caption]

No hay comentarios:

Publicar un comentario